Para dos clientes de Delta que se encontraban realizando una conexión en Minneapolis, una llamada urgente de un número de teléfono desconocido puso en marcha una serie de eventos que salvaron vidas, y los empleados de Delta ayudaron a orquestar cada paso.
El embajador de SkyClub, Paul Rhodes, fue el primero en atender a la pareja de esposos cuando se apresuraron a entrar al SkyClub de Minneapolis: al cliente, Jonathan M., se le había notificado que había un hígado disponible.
Él y su esposa Sara debían regresar a Cincinnati de inmediato para el trasplante muy anheladoesperado.
Sabiendo que el tiempo era crítico, Rhodes y su equipo, incluyendo la líder del SkyClub, Jeanne McMahon se pusieron a trabajar. El siguiente vuelo con destino al Aeropuerto Internacional de Cincinnati/Norte de Kentucky (CVG) estaba a 36 minutos de salir, el embarque acababa de comenzar y había que hacer magia con el tiempo para lograr que esto funcionara.
Para complicar aún más las cosas, el vuelo estaba completamente reservado.
McMahon llamó a los agentes de servicio al cliente en la puerta G11 para informarles acerca la situación y de la importancia de incluir a estos dos clientes en el avión. Luego llamó al Centro de Asistencia Global para volver a emitir rápidamente los boletos de Jonathan y Sara y ponerlos en lista de espera para el vuelo. Finalmente, ella llamó al equipo de equipaje para redirigir sus maletas.
"Sabía que el tiempo era crucial para lograrlo", dijo McMahon. "Y el equipo se unió para atender a estos dos clientes. Todas las personas a las que llamé comprendieron la importancia de la situación y esto nunca lo habríamos logrado sin la participación activa de parte de todos. Trabajamos juntos para cuidar la vida de este hombre".
Cuando llegaron a la puerta, los dos clientes encontraron un vuelo casi completo: un asiento se había desocupado. Sin la oportunidad de solicitar a los pasajeros en lista de esperadurante el proceso de embarque, el agente de la puerta bajó a la puerta de la aeronave para hacer un llamado a los clientes a bordo.
Tan pronto como los clientes se dieron cuenta de la gravedad de la situación, los botones de llamada de asistente de vuelo comenzaron a sonar y se levantaron las manos a lo largo de toda la cabina con clientes dispuestos a ofrecerse como voluntarios. Un cliente en particular se levantó de un salto y gentilmente abandonó su asiento, el avión aplaudió, y los clientes tenían lágrimas en los ojos. En una conversación después de renunciar a su asiento, esa clienta dijo que no se lo pensó dos veces para ofrecer su asiento y que "al compararlos con la vida y la muerte", sus planes para viajar de repente no parecieron tan importantes.
"Trabajamos en una industria desafiante a veces, pero la bondad humana estuvo presente más que nunca esa noche", dijo McMahon. "Cada persona que vuela con nosotros tiene una historia y en ese vuelo, todos tenían un lugar donde tenían que estar, pero aquellos que se ofrecieron como voluntarios reconocieron que había algo más grande, algo más importante que estaba sucediendo. Todos lo hicimos".
El vuelo salió a tiempo con Jonathan y Sara a bordo.
Mientras el cliente Jonathan estaba en cirugía recibiendo un nuevo hígado, McMahon llamó a su esposa Sara para saber de él.
"Eres un ángel", le dijo Sara a McMahon. "Le salvaste la vida".
"Le dije que todo el equipo de Delta había sido el verdadero salvavidas", dijo McMahon, pensando en la cantidad de trabajadores de Delta que se unieron para hacer que esto sucediera. "Esto demuestra como nuestro equipo es el mejor en la industria. No somos nada uno sin el otro".
Sara agregó que si su esposo no hubiera tomado el vuelo con destino a Cincinnati (el último vuelo de la noche), el nuevo hígado de Jonathan habría caducado. "Habría muerto sin [el equipo de MSP]", le dijo a McMahon.
"Decir No One Better Connects the World no es hacer uso de palabras vacías: los trabajadores de Delta llevan cumplen esa misión todos los días y esta situación es testimonio de eso", dijo Gareth Joyce, Vicepresidente Sénior de Servicio de Atención al cliente y Carga Aeroportuaria de Delta. "Este equipo de empleados fue más allá y el resultado fue literalmente una vida salvada. Trabajar para una aerolínea es una tarea de mucha humildad y estoy muy orgulloso de la atención y la compasión demostrada por nuestro equipo de Minneapolis".