Mientras que los vuelos al sureste de los EE. UU. y al Caribe se reanudaron durante el fin de semana, los empleados de Delta trabajaron duro para asegurarse de que los clientes fueran muy bien atendidos para que puedan llegar y partir de las zonas afectadas por las condiciones meteorológicas.

Natalie Foster, directora de Delta para Servicio al Cliente en Aeropuerto en la región del Caribe, dijo que de todos los aeropuertos en el paso del peligroso Matthew el de Nassau fue el más afectado ya que recibió un contacto casi directo el jueves por la mañana. El aeropuerto dejó de operar el miércoles antes de la tormenta, dijo ella, dando a los empleados de Delta la oportunidad de asegurar el servicio vital en tierra y los equipos informáticos antes de dirigirse a sus hogares para hacer lo mismo.

Cuando los vuelos a Nassau se reanudaron el sábado, los empleados de Delta se hicieron cargo de los clientes de la aerolínea a pesar de las numerosas interrupciones por falta de energía, basura en los alrededores del aeropuerto y otros inconvenientes con el equipamiento que obstaculizaron la operación. Las pasarelas utilizadas para abordar las aeronaves, por ejemplo, se quedaron sin electricidad lo que provocó que los empleados tuvieran que reemplazarlas rápidamente sobre la marcha con un vehículo escalera.

Incluso con los desafíos iniciales, el vuelo Delta 681 de Nassau a Atlanta partió el sábado por la mañana con los clientes a bordo animando y dando las gracias al equipo de Delta por su trabajo.

Lisa Bell, la gerente de Operaciones de Servicio en Savannah, Georgia, sorteó el temporal como miembro del equipo del aeropuerto, como en otros de los aeropuertos en zonas de huracanes. Desde su oficina en el aeropuerto, ella observó cómo la tormenta se movía a través de Savannah en las horas de la noche entre el viernes y el sábado.

"El viento y la lluvia sonaban como un látigo de cuero golpeando las ventanas", dijo la empleada que lleva 31 años en Delta, sobre la tormenta que entonces era de categoría 2. Este fue el primer huracán de Bell, que se ha desplazado a Savannah desde Knoxville, Tennessee, a principios de este año. Ella permaneció en su puesto a lo largo del fin de semana, ya que la ciudad se mantuvo virtualmente bloqueada hasta el domingo. Ella informó que todos los empleados resultaron ilesos de la tormenta.

Matthew se ha movido ahora hacia el Atlántico donde continúa disipándose, eliminando la posibilidad prevista de que podría dar la vuelta para generar un segundo impacto como una tormenta tropical.

 

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