Sonja Redding se preparaba para una experiencia estresante al abordar su vuelo desde Washington, D.C. a Atlanta. Estaba regresando de un viaje de investigación médica para sus dos hijos pequeños, y se esforzó ansiosamente en mantenerlos contentos por el bien de ella misma y de todos a bordo.

Flight attendant Amber Amburgy

Ambos niños sufren de una enfermedad genética rara llamada Acidemia Metilmalónica, también conocida como MMA por sus siglas en inglés, para la cual no hay cura. Mientras se sometía a pruebas en D.C., su hijo menor, Xayvior, de 5 años, fue diagnosticado con autismo.

Alrededor de la mitad del vuelo, Xayvior comenzó a inquietarse. El asiento de la asistente de vuelo Amanda Amburgy estaba a unas pocas filas de distancia.

"Se sintió bien durante el abordaje, pero tan pronto despegamos, su estado de ánimo cambió por completo. Noté que podría tener algunos problemas para comunicar sus sentimientos", recordó Amanda, quien se ofreció como voluntaria en Olimpiadas Especiales en la escuela secundaria.

Xayvior continuó gritando y pronto comenzó a golpear a su madre.

"Viajar puede ser difícil incluso sin los niños y sé que momentos como este pueden ser muy estresantes para los padres", dijo Amanda. "Me ofrecí a llevarlo a la cocina para regalarle un par de alas, que es mi presentación habitual cuando intento calmar a nuestros pasajeros más jóvenes".

Sonja entregó a su hijo a Amanda. "Le mostré las luces azules que estaban iluminadas sobre los compartimientos superiores en nuestro camino hacia el frente; realmente le gustaron. Le mostré a todas las demás personas a bordo y él miró en silencio a su alrededor".

Después de las alas y un bocadillo en la cocina delantera, Amanda trajo a Xayvior de regreso a sus padres para comenzar el servicio de bebidas cuando otro cliente, unas pocas filas más allá, presionó el botón de llamada.

"Me llamó y me dijo que tiene un hijo de 7 años con autismo y que su esposa tiene problemas cuando viaja con él. Dijo que nunca había visto a un asistente de vuelo hacer esto y que realmente lo apreciaba".

Agradecida por la amabilidad de Amanda hacia su hijo, Sonja le preguntó si podía tomar algunas fotos del dúo, sin saber que luego las llevaría a las redes sociales para compartir su experiencia.

Cómo se hizo viral

Sonja compartió su experiencia en una publicación de Facebook, elogiando la amabilidad de Amanda. A través del poder de las redes sociales, Sonja pudo conectarse con Amanda para expresar su gratitud.

Sorprendida por la abrumadora respuesta, Amanda espera que el mensaje pueda ayudar a cambiar la mentalidad de las personas cuando viajan. "La gente no siempre entiende que su normalidad no es la normalidad de todos los demás. Esta es la normalidad de esta familia".

Allison Ausband, Vicepresidenta Sénior del Servicio en Vuelo, elogió la amabilidad de Amanda. "Esto es un ejemplo de la diferencia de Delta en todos los aspectos. Se trata de prestar un servicio con el corazón. Me gustaría agradecer a Amanda y a los empleados de Delta de todo el mundo por mostrar un servicio atento como éste al mundo entero".

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